Si Se Puede Si Se Puede

Asi es, el ¡Si se Puede!  existe pero hay que redescubrirlo en uno mismo. Hay que ser feliz con lo que se tiene y con lo que no se tiene, mientras se persiga lo que se desea, y buscar siempre y en todo lugar, momento y situación (y ante cualquier persona) la paz interior, la serenidad y el equilibrio, como el más preciado logro. Y mediante un cambio de la actitud interna de la mente, podemos cambiar los aspectos externos de nuestra vida.
- Sólo un quince por ciento de las razones por las que una persona triunfa o fracasa en su campo, tienen que ver con sus habilidades y conocimientos técnicos. El ochenta y cinco por ciento restante tienen que ver con su actitud, con su entusiasmo, con su grado de motivación y con su capacidad para desarrollar relaciones positivas con las demás personas. Es necesario por esto cambiar nuestros hábitos y costumbres, impliquemonos con gente optimista, progresiva y pragmática.

Ahora lo determinante no es lo que nos ocurre, sino cómo estamos respondiendo a eso que nos ocurre.
Se dice que somos dueños de nuestro propio destino y “capitanes de nuestra alma", en la medida en que también somos dueños de nuestros pensamientos y de nuestras actitudes.


La actitud mental positiva del ¡sí, se puede! le reta a descubrir el secreto de orientar toda su vida, y todo su potencial físico, mental, emocional y espiritual, a elegir la excelencia, como única opción posible.
Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio de tiempo medible y en él reside nuestra libertad de elección o facultad de elegir la respuesta. En esas elecciones radican nuestro crecimiento y nuestra felicidad.
Cobrar conciencia de nuestra libertad y de nuestra facultad para elegir, nos reafirma en nuestra sensación de plenitud, de potencial y de posibilidad, y ensancha nuestros límites mentales sobre lo que es posible. También puede amenazar e incluso provocar pavor porque, de repente, nos enfrentamos a la responsabilidad (“respons-habilidad” es habilidad de elegir la respuesta), a nuestra capacidad de responder. Nos hacemos responsables. Si hasta ahora nos hemos protegido, culpando de nuestra situación y de nuestros problemas a circunstancias pasadas o presentes, pensar de otra forma es verdaderamente aterrador. De repente, no tenemos excusa.    


No importa lo que nos haya ocurrido en el pasado (el pasado, tal vez únicamente nos sirva para aprender de él); no importa lo que nos esté pasando o lo que nos pueda pasar; si existe ese espacio de tiempo medible (una millonésima de segundo o tal vez un minuto) entre lo que nos sucedió (lo que es) y nuestra respuesta a eso que ya nos sucedió, ese espacio representa nuestra facultad de elegir nuestra respuesta ante cualquier situación, la posibilidad de esculpirnos, de llegar a ser, de convertirnos en nuestro propios creadores.
Que el éxito de una organización sea el reflejo de nuestra actitud, de nuestra motivación y el compromiso con las personas que la componen.

Aprovechemos nuestro potencial utilizando nuestra mente para llegar de donde estamos hacia donde queremos llear. Debemos crear motivación constante en nuestro equipo. Analicemos cómo afectan las palabras a nuestro poder personal y a nuestro entorno. A reprogramar positiva y constructivamente nuestra mente subconsciente